La estereognosia es la capacidad de reconocer objetos a través del tacto cuando estamos privados del sentido de la vista o del oido.
Es esa capacidad que te permite coger un kleenex del bolso cuando vas conduciendo sin perder la vista de la carretera. Es el que te permite coger un caramelo del cajón de la mesita cuando por la noche te da la tos, etc. Es decir, usamos constantemente esta capacidad en nuestra vida cotidiana sin darle importancia.
Con los materiales Montessori podemos estimular la estereognosia de muchas formas. Por ejemplo, con las letras o los números de lija, en los que la persona tiene que reconocer el número o la letra que se le presenta, con los ojos vendados a través del reconocimiento del trazo de lija. Originalmente, este material se creó para trabajar la grafomotricidad en los niños, de modo que trabajaran de forma sensorial el trazo, para interiorizarlo, antes de llegar a plasmarlo de forma gráfica en la escritura.
Cuando los niños trabajan estos trazos de forma sensorial durante un tiempo, de distintas formas (lija, arena, pizarra, etc), llega un momento en su desarrollo en el que madurativamente están preparados para escribirlos. Es cuando se produce la “explosión de la lecto-escritura”.
En mayores, esta capacidad ya está adquirida, por tanto, estimularla de forma sensorial ayuda a retrasar su pérdida en procesos degenerativos como el Alzheimer u otras demencias.
Otros materiales con los que podemos estimular la estereognosia son la torre rosa, la escalera marrón, las tablillas rugosas, las tablillas báricas, etc…, en los que esa capacidad de reconocimiento se trabaja desde diferentes estímulos sensoriales (volumen, peso, textura, etc).
Además, los mayores se lo pasan genial con estos ejercicios y el compartir risas siempre es de lo más estimulante!
MISIÓN
Mi misión es difundir la metodología Montessori aplicada a las personas mayores para dar una calidad de vida basada en el respeto y la dignidad, y brindar una vida con sentido y propósito.
Creado con © systeme.io